EG: ANTIGUA TABERNA QUEIROLO

EXPERIENCIA GASTRONÓMICA (EG):
ANTIGUA TABERNA QUEIROLO


El domingo pasado fue cumpleaños de mi hermana, mi hija dijo que iba invitar, ese día tenía que ir a bailar al Undokai en el AELU, así que debía ser más temprano, antes del mediodía. La elección fue la Antigua Taberna Queirolo, está en el Jr. San Martín 1090, Pueblo Libre.
Siempre había visto ese local en Pueblo Libre y el del centro de Lima, a pesar de la cantidad de años que tienen, nunca había ido, hemos pasado por ahí muchas veces. Al entrar me sorprendí con lo grande que es el local, da para el Jr. San Martín y la Av. Gral. Manuel Vivanco, la casa fue construida con el estilo europeo, data de antes de la guerra del Pacífico, esta se convirtió en pulpería como antiguamente se decía, vendiendo diversos productos para las distintas antiguas haciendas de alrededor, además tenía una bodega para los vinos, que posteriormente se trasladó a Cañete y también tienen en Ica, sus viñeros. Se puede ver en el lugar un teléfono, seguro de los primeros, una antigua caja registradora, que nos transporta a la época antigua. El restaurante está formado por varios ambientes que se conectan unos a otros, lugar con mucho pasado, donde han pasado tantas personas, con historias diferentes, lugar de largas conversaciones de políticos, reuniones de amigos, personas de distintas nacionalidades, turistas.

Se puede definir como un café, un restaurante, un bar, un lugar turístico, donde uno puede ir a desayunar, almorzar, tomar unos tragos, cenar, donde lo principal es la comida tradicional, conservando las recetas tal cual han sido en su origen y por lo menos en el Queirolo, pienso que será por siempre. Tiene muy buenos puntos a favor, otros no tanto, les cuento nuestra experiencia, pedimos dos ruletas: dorada que tenía lomo saltado, seco de res, frejoles, ají de gallina y arroz; la segunda ruleta, la casera que lleva cau cau, ají de gallina, seco de res, frejoles y arroz; aparte un asado con ravioles, que al final fue para llevar; café y limonada. La atención es rápida, por lo menos así nos tocó, además al final no sabes quien te atendió, porque todos contribuye en atender todas las mesas, lo que da la sensación que todo se hace más rápido. el local estaba con gente, con algunos vacíos, los platos estaban calientes, pero tengo la ligera impresión que están preparados y luego se calienta en microondas, porque se llegan a enfriar muy rápido, bueno aceptable hasta cierto punto, teniendo en cuenta la cantidad de gente que va al lugar. Bueno, lo más importante fue que en general cada elemento de la ruleta estuvo muy bueno, debemos ser sinceros, mi esposa y yo estábamos a la espectativa por el cau cau, en casa no lo comemos hace varios años, mis hijos no quieren de mondongo, dicen de pollo, para mí no es igual, no sé si estaba muy rico o será porque lo extrañábamos tanto; el seco de res para mí fue lo mejor, bien suavecita la carne, el frejol bueno y el arroz graneadito, acompañando bien todo; no soy mucho de ají de gallina, pero estuvo bueno, me gustó que el pollo no estaba deshilachado, cortes un poco más grande, muchas veces lo deshilachan tanto que luego está super seco, cremoso, ligeramente picante, sabroso; el lomo saltado en lo justo, bien porque iba en una ronda y a veces los restaurantes se descuidan en ello; el asado con ravioles también estaba bien, carne suave, también lo justo. Lo que no me gustó fue el café, mal siendo también una cafetería, además lo pedimos para que lo traigan de inmediato, pero estaban medios fríos. Antes de pedir, la opción era elegir cada uno un plato, me moría por el cau cau, pero no me convencía del todo, estaba S/39, igual que el seco de res con frejoles y arroz, también el ají de gallina estaba igual, preferimos pedir las ruletas, que son rondas y venía varias cosas, estaba S/89 la que llevaba el lomo saltado y S/86 la otra.

En general, para mí si es recomendable, volvería, especialmente si estamos antojados de comer comida criolla y tradicional.

Quiero terminar diciendo que mis recomendaciones siempre trata de sacar lo positivo de cada uno, especialmente cuando son emprendimientos nuevos, no digo cosas negativas, a menos que sean lugares de los que se espera más por tener más años, un prestigioso o mucha publicidad. Lo que realmente me mueve es que soy un gachimaya (en uchinaguchi, el idioma de Okinawa-Japón, «ser un glotón»), además que siempre me gusta gochiso (banquete, manjar en japonés).

Av. Gral. Vivanco
Jr. San Martín

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